Mañana fría que duele al sentir mi partida.
Me exilio de tu violencia, tu odio total.
El horizonte ya no es ajeno a mi presencia.
Deseo encontrar la bienvenida de tus ojos.
Tus manos que sean guías de mi placer mundano.
Siento la inmensidad del universo en mi cabeza.
Me pierdo, busco y me pierdo queriendo reflejar mis deseos de tenerte.
Tus letras recuerdan a mi libertad inconsciente.
Las palabras que pensás son el deseo de poder esperarte.
Espera eterna, tal vez.
Espera rodeada de árboles sin fechas y hojas sin dientes.
Te siento lejos, pero te creo cerca.
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