La actitudes en esta vida cuestan caras, tener actitud es pesadamente molesto para el conjunto.
La intolerancia del ser reprimido crea fantasmas colectivos en los que uno puede llegar a creer pero es la actitud frente a ellos la que genera una reflexión tan profunda que al terminarla, uno paradójicamente está solo.
Creo que existen gurúes varios del apocalipsis mental y que son bastante bien aceptados por los más sin número, mejor dicho, los que piensan que no son números pero operan inocentemente a favor de no tener miedo en su cama.
El ideal de la libertad está en cada una de nuestras mentes; la libertad individual sólo es posible si va de la mano de la idea de la libertad colectiva.
Sufrir es bueno. Sentir es mejor.
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